martes, 2 de noviembre de 2010

El ciclo largo del carbono

Un tópico muy usado por los alarmistas y todos aquellos que le tienen miedo al aumento de CO2 es que los combustibles fósiles están agregando más CO2 a la atmósfera de lo que el sistema climático tiene de una manera natural, por lo que lo desestabilizan y rompen su equilibrio. Para estas personas, las emisiones de CO2 de animales y plantas no son nocivas, porque están dentro del ciclo del carbono. Este ciclo, es el que los científicos llaman corto y se puede resumir así:
Los vegetales absorben CO2 de la atmósfera y lo incorporan a la madera, las hojas y demás tejidos. Cuando los animales nos alimentamos de ellos, oxidamos en nuestras células la materia orgánica, con lo que volvemos a liberar el CO2 a la atmósfera cerrando el ciclo. Por tanto, las emisiones netas de CO2 son cero.
Si quemamos madera o utilizamos biocombustibles, liberamos CO2 que ha sido recientemente capturado por las plantas, por lo que se considera que la emisión neta total sigue siendo cero y está dentro del ciclo normal o corto del carbono.
En cambio, si quemamos combustibles fósiles, añadimos CO2 adicional que no estaba en la atmósfera antes, por lo que se va acumulando un exceso de este gas, que va calentando el planeta por efecto invernadero.
Una cosa que “se olvidan” de decirnos, sin embargo, es que este CO2 en realidad ya ha estado en la atmósfera, puesto que los combustibles fósiles son restos de seres vivos que existieron en el pasado y que acumularon en sus tejidos el carbono extraído de la atmósfera primitiva.

Otra cosa que “se olvidan” es que el ciclo del carbono en realidad es doble: existe un ciclo corto que es el que todo el mundo sabe y que es el que he resumido arriba, y un ciclo largo, o geológico: en este ciclo, entran en juego los organismos calcificadores como los corales, los moluscos, las algas calcáreas etc. que utilizan CO2 para formar carbonatos con los que construyen sus conchas y esqueletos. Una vez mueren estos seres, caen al fondo y forman sedimentos que luego se transforman en rocas calcáreas como la caliza.
Se cree que todas, o al menos la mayoría, de las rocas calcáreas presentes en la corteza terrestre, tiene un origen biológico.
Esto se traduce en una retirada lenta del CO2 de la atmósfera que solo vuelve a ésta cuando las calizas quedan enterradas por subducción de la corteza terrestre, sufriendo el calor de las profundidades y saliendo en forma de roca derretida y gas CO2 por los volcanes.

Como pueden pasar millones de años hasta que esto suceda, si es que lo hace, el resultado es que millones de toneladas de carbono que antes estaban en la atmósfera y en los océanos en forma de CO2 están actualmente fijados en forma de rocas calcáreas y formando parte de la corteza terrestre.
Para hacerse una idea de qué cantidades de carbono estamos hablando, baste decir que en la atmósfera hay unas 780 gigatoneladas de carbono (una gigatonelada son mil millones de toneladas), en los mares y océanos hay unas 39.000 gigatoneladas y en la corteza terrestre en forma de sedimentos y rocas calcáreas hay 20.000.000 de gigatoneladas, es decir, unas 512 veces más que el CO2 de los océanos y 25.640 veces más que en la atmósfera actual.
Si siguiéramos tirando CO2 a la atmósfera al ritmo actual, unas 7-8 gigatoneladas por año, y teniendo en cuenta que se estima que en las reservas de combustibles fósiles hay unas 5.000 a 10.000 gigatoneladas de carbono, cogiendo la cifra mayor (10.000) tardaríamos 1.250 años en inyectar al sistema esa cantidad de carbono suponiendo que todo el CO2 que tirásemos se quedase en la atmósfera, cosa que no hace, y aún así estaríamos muchos millones de toneladas de carbono por debajo del que había en la atmósfera y la hidrosfera en la Tierra primitiva, carbono que seguiría fuera del ciclo corto al estar englobado en las rocas calizas.
En conclusión: aunque consumiésemos todo el combustible fósil del mundo (o, como dicen ahora, del planeta), la atmósfera y la hidrosfera seguiría estando empobrecida en CO2 en comparación al que había en la Tierra primitiva.

2 comentarios:

  1. buenos dias

    me parecen interesantes e incluso polémicas sus exposiciones. He leido dos hasta el momento y si las cosas son como las dice usted, es que entonces el control de emisiones de CO2 a que nos invitan es, según como expone usted una farsa? me imagino que claro que sería bueno seguir cuidando de la flora del mundo y eviatr emitir gases contaminantes, pero como le digo, me ha invitado a pensar usted con la información que nos comparte. Gracias

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  2. Efectivamente greencole, hay que seguir cuidando la naturaleza y evitar la contaminación, pero la de verdad: los óxidos de azufre y de nitrógeno, las dioxinas, el monóxido de carbono, el ozono troposférico, etc., el asunto es que han querido colarnos al CO2 en el mismo saco que los demás contaminantes y este gas es en realidad beneficioso para la vida. Demonizando el CO2 pueden vendernos los bonos de carbono a todo el mundo y quienes ganan son los de siempre: banqueros que comercian con ellos, grandes capitalistas, etc.

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