viernes, 30 de abril de 2010

las extinciones y el calentamiento global

James Hansen declaró en el Comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos que la vida en las regiones alpinas estaba “en peligro de ser expulsada del planeta” debido a la subida de las temperaturas.
Se ha postulado por algunos investigadores que las diferentes especies de seres vivos tienen un rango determinado de climas en los cuales pueden vivir, de tal manera que, si hay un cambio climático, automáticamente cambian los límites de la zona habitable por una determinada especie. Según estos investigadores, debido al calentamiento global, en el hemisferio norte los hábitats (la zona donde viven) de las especies templadas, por ejemplo, se expandirían hacia el norte pero disminuirían por su límite sur, por lo que la extensión total de su área de distribución vendría a ser parecida a la anterior, por tanto no deberían tener demasiados problemas. Sin embargo, las especies que no pueden expandir su límite hacia el norte porque ya son norteñas y llegan al océano ártico, verían reducida peligrosamente su área de distribución total al avanzar hacia el norte su límite sur. Algo parecido ocurriría con las especies que viven actualmente en las cumbres de las montañas, agravado por el hecho de que sus áreas de distribución son mucho menores, pues muchas de ellas son endémicas de una sola cordillera e incluso de una sola montaña y podrían extinguirse irremediablemente al no tener a dónde ir.
Esta, a primera vista lógica deducción, no tiene en cuenta, sin embargo, que las especies vivientes han pasado ya por períodos de calentamiento mayores y más duraderos que el actual y han sobrevivido. ¿Cómo lo han hecho?
En el mundo real, lo que se observa es que las especies, efectivamente aumentan su área de distribución hacia el norte o hacia arriba en las montañas cuando sube la temperatura, pero su límite sur (o inferior en las montañas) no varía. Por ejemplo, Parmesan y Yohe (2003) estudiaron el cambio en la distribución de 52 especies de mariposas del norte de Europa durante el siglo XX. Todas habían aumentado su área de distribución hacia el norte pero habían mantenido al mismo tiempo su límite sur en la misma posición que a principio de siglo. Lo mismo pasó con los pájaros de Inglaterra según Thomas & Lennon (1999), habiendo aumentado una media de 19 km hacia el norte y mantenido su limite sur. En los Alpes, según Pauli et al. (1996) la riqueza en especies de plantas había aumentado durante las últimas décadas en cotas bajas sin haber perdido apenas diversidad en las altas, a pesar de haber subido allí 2 ºC las temperaturas desde 1920: estos investigadores habían estudiado 30 cimas de las cuales 9 de ellas no habían variado su composición en especies, 11 ganaron una media de 59% más de especies y una tuvo un incremento de 143% en su flora. Entre las que perdieron especies, la pérdida fue de menos de una: 0,68 de una media de 15,57 especies. Ninguna de las especies desaparecidas era endémica, por lo que su desaparición de esa montaña no supuso su extinción total. Walter et al. (2005) emprendieron un estudio en 2003 sobre la composición florística de los 10 metros superiores de 10 cimas montañosas de los Alpes suizos con los mismos métodos que habían utilizado otros investigadores en 1905 y 1985. Sus descubrimientos pusieron de relieve que ninguna de las especies que había en 1905 y 1985 había sido “expulsada del planeta”. En realidad había sucedido lo contrario: entre 1905 y 1985 el número medio de especies subió un 86% mientras que en 2003 había subido un 138% con respecto a principios del siglo pasado. La sociedad Audubon de Norteamérica, en un informe fechado en 2009 sobre la evolución de la población de 305 especies de aves norteamericanas entre 1969 y 2005 encuentran que el 39% de especies aumentaron su población en ese periodo, el 42% las mantuvieron estables y solo el 19% disminuyeron sus efectivos.
Otros trabajos en la Península Ibérica, Holanda, Finlandia, etc. refuerzan estos descubrimientos, es decir, las especies se expanden hacia el norte o hacia arriba sin perder área por el sur o hacia abajo. La sorprendente conclusión es que lo que realmente produjo el calentamiento del siglo XX, fue un incremento de la riqueza de especies en las zonas templadas y frías, sin que se perdiera diversidad en las cálidas ni, por supuesto, se dieran extinciones masivas, a pesar de que la temperatura global subió entre 0,5 y 0,8ºC según autores.

Referencias:

- Pauli, H. et al. 1996. Effects of climate change on mountain ecosystems-upward shifting of mountain plants. World Resource Review, 8: 382-390
- Thomas, C. D. & Lennon, J. J. 1999. Birds extend their ranges northwards. Nature, 399: 213.
- Walther, G. R.; Beissner, S. & Burga, C. A. 2005. Trends in the upward shift of alpine plants. Journal of Vegetation Science, 16: 541-548

jueves, 29 de abril de 2010

Nieve

Érase una vez, hace mucho mucho tiempo (el año 2000), en un país muy lejano (Inglaterra) el Sr. David Viner, a la sazón miembro de la CRU (Climate Research Unit) de la Universidad de East Anglia, nos contaba un cuento. Decía así:

"En un par de años, las nevadas invernales se convertirán en un evento muy raro y emocionante en Inglaterra. Los niños simplemente no sabrán lo que es la nieve"

Bueno, pues resulta que de eso nada Mr. Viner. Tres de los cuatro inviernos que más nieve ha caído en el hemisferio norte desde que se empezó a medir esto, allá por el 1967, han ocurrido en la última década: 2003, 2008 y 2010, y la década entera está por encima de la cubierta de nieve de las 3 décadas y media anteriores:
De hecho, en el país der Sr. Viner, no se recordaba nevar tanto como este último invierno desde hace al menos 20 años.

miércoles, 28 de abril de 2010

El Ártico


Mucho se ha escrito sobre el deshielo acelerado del ártico en los últimos años: que si se iba a poder navegar libremente en verano para el 2012 (o era el 2015?), que si los osos polares se iban a extinguir y solo se verían en los zoos, que si estaba abierto el Paso del Noroeste o el del Nordeste...

En todos los casos las noticias sobre la pérdida de hielo eran, supuestamente, negativas. Bueno, pues parece que el ártico está lejos de derretirse, de hecho está por encima de los registros de los últimos 8 años segun IARC-JAXA.

De esto, por supuesto, ni una palabra en los medios de comunicación importantes