sábado, 25 de febrero de 2012

Un gigante con pies de barro



Es curioso cómo, tanto los autodenominados progresistas como los más acérrimos defensores del capitalismo se apuntan al carro del cambio climático antropogénico juntos, sin ver en ello contradicción alguna.

En efecto, remando en el mismo barco encontramos:

A estribor (derecha mirando desde la popa), el bando capitalista:
- Grandes multinacionales energéticas, propietarias de gigantescos parques eólicos y termosolares.
- Empresas propietarias de centrales nucleares (a menudo las mismas que las anteriores)
- Pequeños accionistas locales que, a base de influencias (y se rumorea que algunos mediante sobornos de hasta 30 millones de euros), han obtenido concesiones para construir huertos solares fotovoltaicos que les dejan pingües beneficios.
- Corporaciones financieras de enorme poder, propietarias de empresas de intermediación y compraventa de derechos de emisión de CO2, que aumentan sus ganancias literalmente vendiendo humo.

A babor (izquierda), el bando progre:
- Ecologistas iluminados, que se creen portadores de verdades absolutas con las que van a salvar el mundo del apocalipsis climático, y que son la carne de cañón, los activistas que hacen el trabajo sucio para los siguientes.
- Ecolojetas metidos a directivos de ONGs y partidos políticos verdes, que saben perfectamente que no pasa nada con el clima, pero que cobran cuantiosos emolumentos de las multinacionales que los subvencionan y de los ingenuos particulares que se afilian a ellos y pagan cuota, creyendo que así expían sus pecados contra el planeta por comer carne de vaca, ir en coche o tirarse pedos.
- Académicos de renombre que, unos luciendo estética de Indiana Jones y otros con traje y corbata, se apuntan a presentar carísimos proyectos de investigación, en la confianza de que se los van a financiar las multinacionales o los propios estados, proyectos con los que promocionan sus carreras y engordan sus carteras.

Hasta ahora este barco ha sorteado con éxito los pequeños escollos representados por los pocos científicos escépticos que osan oponerse a la pantagruélica máquina político-mediática que apoya el mito del calentamiento global.

Pero no las deben tener todas consigo, porque la realidad es muy tozuda y, en la era de Internet y las comunicaciones electrónicas, hasta un pequeño David, como el Heartland Institute, con un raquítico presupuesto de 8 millones de dólares, puede desestabilizar el tremendo ídolo dorado, soportado por estados e instituciones, con presupuestos cientos o incluso miles de veces mayores ya que, como en la fábula,
El gigante tiene los pies de barro.
Así que se dedican a intentar desacreditar a estas instituciones acusándolas de los mismos pecados que cometen ellos (cree el ladrón que todos son de su condición), y si no encuentran nada raro, directamente se lo inventan como en el caso del ultraecologista Peter Gleick del Pacific Institute, en Oakland, California
El caso se puede seguir en Plazamoyua (ver aquí)
Por si acaso la plebe abre los ojos, ya están dando a la creencia en el cambio climático antropogénico, el estatus de religión, con confesionarios y todo, no sea que se les acabe la mamandurria y el vivir del momio
Por cierto, yo no cobro un duro por este blog
(ver aquí)

lunes, 20 de febrero de 2012

Ola de frío siberiano en Europa


¿Es la ola de frío que ha asolado Europa estos últimos días un fenómeno habitual?

Veamos algunos datos:
En Bélgica, es la ola de frío más larga en 70 años
En Podgorica (Montenegro) es la nevada más grande en 50 años
En la ciudad de Palma de Mallorca (Islas Baleares, España), es la mayor nevada desde 1956 (52 años, ver aquí)
Según la agencia de información de clima y energía Point Carbon, del grupo Thomson Reuters, la situación que afronta Europa no se había visto desde hace 26 años
Nevadas excepcionales en los países de los Balcanes y los Cárpatos: en las zonas montañosas hay acumulaciones de hasta 5 metros. Las temperaturas están entre -10 y -20ºC (ver aquí)
El Danubio congelado: El tráfico fluvial en el Danubio, congelado en la mayor parte de su curso en Austria, Croacia, Serbia, Hungría, Rumania y Bulgaria.
El Coliseo de Roma cerrado por la nieve: En la capital italiana, miles de turistas se han sentido decepcionados al descubrir que el Coliseo, una de las atracciones más populares de la ciudad, está cerrada a los visitantes. Algunos de los turistas no entendían por qué el Coliseo estaba cerrado, para las personas de los países del norte, la nieve no es un problema, pero las autoridades advierten que: “es muy inusual para nosotros y causó el desprendimiento de polvo, cemento y ladrillos. Pequeñas cantidades, pero si se caen desde una cierta altura, puede ser peligroso (ver aquí)
En el Mar de Azov, barcos atrapados por el hielo (ver aquí): Más de 100 barcos atrapados en el Mar de Azov con temperaturas de -25ºC
En Turquía, más de 2.000 carreteras bloqueadas por la nieve (ver aquí)
Georgia congelada: Hacía 50 años que los habitantes de la capital georgiana no veían congelados el embalse de Tiflis y el Kurá, el río que cruza la ciudad.

Desde luego, una ola de frío que causa más de 600 muertos (ver aquí) no es un fenómeno habitual, pero no es tampoco un fenómeno que pueda ser calificado de único.
De hecho, es de lo más normal que cada cierto tiempo, digamos 25-30 años, se produzcan estas entradas de aire siberiano: la anterior, de parecidas dimensiones, se produjo en 1985 y otra más importante aún se produjo en 1956.
Por supuesto,lo que la debería haber hecho excepcional (si nos creyéramos a los científicos oficiales, calentólogos todos ellos) es el calentamiento global, que se supone iba a volver menos frecuentes las nevadas y las olas de frío, al mismo tiempo que volvía más frecuentes las olas de calor.
Pero el calentamiento global, que sin duda se produjo a finales del siglo XX, terminó en 1998 y, aunque las temperaturas son aún algo más altas que la media de los últimos 100 años, la tendencia es a que vuelva el tiempo que tuvimos en los años ’70 y ’80 del pasado siglo y, si hacemos caso a los científicos que estudian el sol, el enfriamiento será más profundo aun que el ocurrido en la década de los ’70, ¿quizás una nueva mini edad de hielo?

sábado, 4 de febrero de 2012

Abdussamatov: el gran frío comienza en 2014



El director del Observatorio Astronómico de Pulkovo (San Petersburgo, Rusia) y responsable de la parte rusa de la Estación Espacial Internacional, Dr. Habibullo I. Abdussamatov, ha publicado un nuevo artículo (pinchar aquí) en la revista científica Applied Physics Research. En él predice la entrada del planeta en una nueva pequeña edad de hielo a partir de 2055, situando el inicio del enfriamiento en 2014.

Veamos en qué se basa:

En primer lugar, él afirma que la irradiación solar total (TSI en sus siglas inglesas) es, en último extremo, la causa que conduce el clima global de la Tierra.
En segundo lugar, sostiene que la variación de la TSI tiene dos componentes: uno la variación en el ciclo solar de once años y otro el componente bicentenario: cada doscientos años aproximadamente, la TSI desciende hasta niveles muy bajos en los mínimos del ciclo solar.
En tercer lugar, dado que la variación de la TSI es relativamente pequeña y no puede explicar por sí sola los cambios de temperatura que se sucedieron en el pasado, se apoya en dos conocidos mecanismos de amplificación secundarios: el albedo (la radiación que refleja la Tierra) y el efecto invernadero.

El mecanismo de actuación sería el siguiente:

Cuando la TSI sube, la Tierra absorbe energía y la almacena, fundamentalmente en la capa superficial (200-500 m) de los océanos, ya que no puede liberarse de esa energía a la misma velocidad que entra, debido a la inercia termal del planeta. Esta energía extra hace funcionar los mecanismos secundarios (baja el albedo, por la menor cantidad de nubes y hielo y, al mismo tiempo, suben los gases de efecto invernadero por el aumento de la temperatura de los océanos, lo que produce liberación de vapor de agua -el principal gas invernadero, no lo olvidemos- y CO2). Esto termina elevando la temperatura global del planeta con un tiempo de retraso de unos 14 ± 6 años.
Cuando la TSI baja, lo contrario sucede, con el mismo tiempo de retraso.

Según esto, la subida de temperaturas acaecida en el siglo XX se debió a una subida de la TSI que finalizó en 1990, pero cuyos efectos se prolongaron hasta 2005, aproximadamente.
Desde 1990 hasta el presente, los dos componentes de la TSI, el del ciclo de 11 años y el bicentenario, están bajando de manera suave.
Si se puede predecir la variación de la TSI, se puede predecir también la dirección y amplitud de los próximos cambios de clima globales.

El científico lanza entonces su predicción:

La TSI seguirá bajando, pero de una manera mucho más acusada que hasta ahora, lo que nos llevará, en 2042 ±11 años, a un nuevo mínimo de actividad solar, de una profundidad y amplitud comparable al famoso mínimo de Maunder que, entre 1645 y 1715 ocasionó el periodo más frío de la pequeña edad de hielo de la edad moderna (ver la imagen al principio). La nueva pequeña edad de hielo sería la 19ª acaecida en los últimos 7.500 años y comenzaría en 2055±11 años (dado el retraso debido a la inercia térmica del planeta).
A partir de 2014, coincidiendo con el declive del ciclo 24 en el que estamos, entraríamos en un periodo de transición, que terminaría en 2055, en el que la temperatura global iría bajando progresivamente. Este periodo de transición será inestable, con la temperatura global fluctuando mucho.

¿Es acertada esta predicción? No lo sé, pero, desde luego, es mucho más creíble que las interesadas proyecciones del IPCC basadas en modelos de ordenador que se han demostrado falsos.