sábado, 19 de mayo de 2012

Las flatulencias atacan de nuevo

Ha aparecido un nuevo estudio sobre los dinosaurios (ver aquí) afirmando que sus flatulencias podrían haber influido significativamente en el clima de la era secundaria, dada la gran cantidad de comida que ingerían, lo que les llevaba a liberar, según los investigadores, grandes cantidades de metano, un gas con efecto invernadero. Del estudio, aparentemente serio y riguroso, se hace eco el muy calentólogo diario ABC como si de la Biblia se tratase (ver aquí) En realidad, estos estudios de serios solo tienen la apariencia, ya que no pasan de ser puras especulaciones sin apenas fundamento En efecto, dada la enorme distancia en el tiempo que nos separa de aquellas épocas, los registros fósiles son necesariamente fragmentarios, incompletos y poco fiables, por tanto absolutamente insuficientes para que podamos deducir de ellos con exactitud la importancia que pudieron tener las emisiones de metano de los dinosaurios. Por ejemplo, entre otras cosas, no sabemos con seguridad (y en el estudio lo reconocen así): - Ni qué densidad poblacional tenían los dinosaurios (las estimas varían hasta en un factor de 10) - Ni qué metabolismo tenían exactamente (cuántos eran de sangre fría y cuántos de sangre caliente, fundamental en este tema) - Ni qué producción de metano tenían en sus intestinos (se hacen estimaciones pero basadas en animales actuales que no tienen por qué coincidir) - Ni qué tasa de eliminación de metano tenía la atmósfera de entonces Por último, si se da por buena una importante contribución de estas flatulencias al calentamiento global, ¿Quiere explicarme alguien por qué la última edad glacial duró 100.000 años con la cantidad de megafauna que existía entonces? ¿O es que los mamuts y los rinocerontes lanudos no se tiraban pedos? Si es tan importante el metano, ¿Por qué se produjo el calentamiento global de finales de la última edad glacial si antes ocurrió una gran extinción de todos estos grandes animales en el evento conocido como la joven dryas? Teniendo en cuenta lo poco que sabemos de del clima actual, querer comprender el clima de la era secundaria hasta el punto de saber en qué medida los gases de los dinosaurios influían en él... ¡Pufffff, qué mal huele!

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