sábado, 24 de marzo de 2012

Reflexiones sobre el coste de la energía en España



Estos días se oye hablar mucho en la prensa española del déficit de tarifa y la posible subida de precio de la electricidad. Se publican los diferentes conceptos que pagamos en el recibo (ver aquí y aquí ) y resulta que nos enteramos (algunos ya lo sabíamos, por supuesto) de que más del 50% son peajes e impuestos, es decir, costes políticos derivados de las diferentes agendas que los sucesivos gobiernos han ido imponiendo para financiarse (con los impuestos) y financiar a enchufados y empresas afines (con las primas a las renovables), aprovechándose de la dependencia que tenemos del fluido eléctrico para desarrollar casi cualquier actividad en nuestras muy cableadas sociedades.

Resulta que nuestros políticos, no contentos con imponernos el precio de la energía eléctrica más caro de la Unión Europea (si exceptuamos Chipre y Malta por evidentes razones insulares), parece que nos quieren endosar una subida (otra más) del 7% para abril de este año (ver aquí), con la excusa de que hay que reducir el tremendo déficit de tarifa.
Hay que recordar que el déficit de tarifa (ver aquí para más datos), teóricamente, es la diferencia entre los costes reales de la electricidad y los que paga el abonado, diferencia que no ha hecho más que crecer desde que se instauró y que ahora rondará los 27.500 millones de euros (dicen que son “solo” 24.000 millones pero esos cálculos no tienen en cuenta los últimos meses), un enorme agujero contable que nos genera cuantiosos intereses y que, de no tomar medidas, se verá incrementado inexorablemente año a año.
Ante esto, yo me pregunto:

1º ¿Por qué se instauró originariamente el déficit?.

Mi respuesta es:
Porque al Gobierno de entonces (el PP de Aznar a finales de los ‘90) se le planteó una disyuntiva ante la subida del coste de la energía:

a) O afrontaba una impopular subida del recibo de la luz
b) O instauraba un nuevo modelo de cálculo del coste de la electricidad más beneficioso para el usuario-contribuyente
c) O tiraba por la calle de en medio y dejaba a deber esa cantidad para que la pagaran futuras generaciones, y que otros gobiernos resolvieran el problema, aplicando el dicho “el que venga detrás que arree” (que es lo que al final hizo).

Hay que recordar aquí que la manera en que se calcula el coste de la energía es retribuyendo todo al precio de la fuente energética más cara en el mercado, que resulta ser el gas. Es decir, si, por ejemplo, el gas tiene un precio hoy de 50 euros el megavatio, el Estado paga 50 euros por megavatio a todas las compañías, independientemente de que generen la electricidad con gas o con otras fuentes más baratas (nuclear, hidroeléctrica o carbón, debido a que las presas y centrales nucleares están amortizadas y el carbón de importación es más barato que el gas), son los llamados “beneficios llovidos del cielo”, con los que se han lucrado las eléctricas a nuestra costa durante años y años.

2º ¿Qué pasó después? ¿Resolvió el Gobierno del PSOE el problema?

Mi respuesta: No sólo no lo resolvió sino que lo agravó aun más mediante las primas a las renovables, que dispararon el déficit de tarifa hasta las estratosféricas alturas en que se encuentra hoy.

3º ¿Qué va a hacer el Gobierno actual?
Mi respuesta: Por lo que parece, seguirá subiéndonos la luz.

Por último, cabe preguntarse:

4º ¿Qué debería hacer el Gobierno si de verdad quisiera resolver el problema del déficit de tarifa de la manera menos costosa para el usuario-contribuyente?

En mi opinión, debería:
1. Suprimir todas las primas a las renovables
2. Bajar los abusivos impuestos (en torno al 20%) que pagamos en el recibo
3. Instaurar una verdadera competencia entre las eléctricas, dando paso a compañías extranjeras y liberalizando el sector.
4. Decretar un canon a pagar por la utilización de presas con fines hidroeléctricos.
5. Suprimir las ayudas al carbón nacional
6. Modificar a la baja el sistema de cálculo de precios para que tenga en cuenta el menor coste de las energías hidroeléctrica y nuclear

Dejo para otra entrada explicar mis propuestas.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Resuelto el misterio de la Joven Dryas



Corrientemente creemos que la época cálida en que nos encontramos, el Holoceno, empezó hace 11.600 años, cuando se terminaron de derretir los grandes mantos de hielo que cubrieron Europa y Norteamérica durante los 100.000 años que duró la última era glacial.
Pero los hielos empezaron a derretirse mucho antes, de hecho, las temperaturas comenzaron a subir poco a poco ya hace 20.000 años. Como consecuencia, hace 13.000 años los hielos estaban ya en franco retroceso, es decir, estábamos a punto de entrar en la era cálida, el interglaciar que hemos llamado Holoceno y en el que aún nos encontramos.
Sucedió entonces un fenómeno extraño: hace 12.900 años la Tierra sufrió un brusco retroceso del calentamiento, una vuelta rápida al frío intenso, otra vez avanzaron los glaciares y, durante un periodo de 1.300 años más, volvimos a tener temperaturas propias de la época glacial.
A este último evento de enfriamiento le llamamos el Dryas Reciente o La Joven Dryas, porque las llanuras bajas de Europa se volvieron a cubrir de una flor de clima frío, la Dryas octopetala, que hoy día solo crece en las cumbres de los Alpes y que, antes del evento, ya había sido sustituida por otras de climas más cálidos en las zonas bajas.
¿Qué ocasionó este último espasmo glaciar?. Se apuntaron muchas hipótesis, entre ellas la que le gusta a los calentólogos, es el desagüe del lago Agassiz, un antiguo y enorme lago glaciar situado en Norteamérica, que piensan pudo vaciarse abruptamente en el Atlántico Norte, debido a la rotura de una presa glacial, cortando la corriente del Golfo y produciendo el enfriamiento global.

Pero no se han encontrado los restos de tal desagüe catastrófico y sí, en cambio, los restos de un choque extraterrestre: Similarmente a lo que ocurrió hace 65 millones de años cuando se extinguieron los dinosaurios, se encontró, en los sedimentos geológicos correspondientes al inicio de este periodo frío, una capa con elementos y partículas extrañas, destacando entre ellas los nanodiamantes, unos diamantes de tamaño microscópico de un tipo especial que solo se forman con un fortísimo impacto, lo que hizo pensar en la caída de un asteroide o cometa.

El objeto que impactó debió ser lo suficientemente grande como para producir una pequeña glaciación, de más de mil años, que se llevó por delante los últimos mamuts, los tigres de dientes de sable y otras especies de megafauna que habían resistido muy bien los grandes fríos del máximo de la era glacial, pero que se extinguen inexplicablemente en ese crucial momento.


Se tenían ya muchas pruebas a favor de esa hipótesis, pero faltaba la prueba definitiva: encontrar el cráter del impacto. Y eso es lo que parece ya han encontrado los científicos del Instituto Geológico de Estados Unidos en el centro de México, concretamente en el Lago Cuitzeo (ver aquí). En este lago, hay huellas de lo que sería un enorme cráter de impacto producido exactamente hace 12.900 años, justo cuando comenzó el Dryas Reciente, y que cuenta con los nanodiamantes y otras partículas de origen extraterrestre de la misma edad que se habían encontrado ya en otros muchos lugares.

Las implicaciones que tiene esto son que el periodo interglaciar en el que nos encontramos, si son ciertas las teorías actuales de los ciclos orbitales de Milankovitch, astronómicamente tiene, en realidad, unos 12.900 años y no los 11.600 que han pasado si nos atenemos solo al aumento final de temperatura. Así, si tenemos en cuenta que los interglaciares duran una media de 10.000 años, eso nos coloca mucho más cerca del inicio de la próxima gran glaciación de lo que creíamos hasta ahora.