Estos días se oye hablar mucho en la prensa española del déficit de tarifa y la posible subida de precio de la electricidad. Se publican los diferentes conceptos que pagamos en el recibo (
ver aquí y
aquí ) y resulta que nos enteramos (algunos ya lo sabíamos, por supuesto) de que
más del 50% son peajes e impuestos, es decir, costes políticos derivados de las diferentes agendas que los sucesivos gobiernos han ido imponiendo para financiarse (con los impuestos) y financiar a enchufados y empresas afines (con las primas a las renovables), aprovechándose de la dependencia que tenemos del fluido eléctrico para desarrollar casi cualquier actividad en nuestras muy cableadas sociedades.
Resulta que nuestros políticos, no contentos con imponernos el precio de la energía eléctrica más caro de la Unión Europea (si exceptuamos Chipre y Malta por evidentes razones insulares), parece que nos quieren endosar una subida (otra más) del 7% para abril de este año (
ver aquí), con la excusa de que hay que reducir el tremendo déficit de tarifa.
Hay que recordar que el déficit de tarifa (
ver aquí para más datos), teóricamente, es la diferencia entre los costes reales de la electricidad y los que paga el abonado, diferencia que no ha hecho más que crecer desde que se instauró y que ahora rondará los 27.500 millones de euros (dicen que son “solo” 24.000 millones pero esos cálculos no tienen en cuenta los últimos meses), un enorme agujero contable que nos genera cuantiosos intereses y que, de no tomar medidas, se verá incrementado inexorablemente año a año.
Ante esto, yo me pregunto:
1º ¿Por qué se instauró originariamente el déficit?. Mi respuesta es:
Porque al Gobierno de entonces (el PP de Aznar a finales de los ‘90) se le planteó una disyuntiva ante la subida del coste de la energía:
a) O afrontaba una impopular subida del recibo de la luz
b) O instauraba un nuevo modelo de cálculo del coste de la electricidad más beneficioso para el usuario-contribuyente
c) O tiraba por la calle de en medio y dejaba a deber esa cantidad para que la pagaran futuras generaciones, y que otros gobiernos resolvieran el problema, aplicando el dicho “el que venga detrás que arree” (que es lo que al final hizo).
Hay que recordar aquí que la manera en que se calcula el coste de la energía es retribuyendo todo al precio de la fuente energética más cara en el mercado, que resulta ser el gas. Es decir, si, por ejemplo, el gas tiene un precio hoy de 50 euros el megavatio, el Estado paga 50 euros por megavatio a todas las compañías, independientemente de que generen la electricidad con gas o con otras fuentes más baratas (nuclear, hidroeléctrica o carbón, debido a que las presas y centrales nucleares están amortizadas y el carbón de importación es más barato que el gas), son los llamados “
beneficios llovidos del cielo”, con los que se han lucrado las eléctricas a nuestra costa durante años y años.
2º ¿Qué pasó después? ¿Resolvió el Gobierno del PSOE el problema?Mi respuesta: No sólo no lo resolvió sino que
lo agravó aun más mediante las primas a las renovables, que dispararon el déficit de tarifa hasta las estratosféricas alturas en que se encuentra hoy.
3º ¿Qué va a hacer el Gobierno actual?Mi respuesta: Por lo que parece,
seguirá subiéndonos la luz.
Por último, cabe preguntarse:
4º ¿Qué debería hacer el Gobierno si de verdad quisiera resolver el problema del déficit de tarifa de la manera menos costosa para el usuario-contribuyente?En mi opinión, debería:
1. Suprimir todas las primas a las renovables
2. Bajar los abusivos impuestos (en torno al 20%) que pagamos en el recibo
3. Instaurar una verdadera competencia entre las eléctricas, dando paso a compañías extranjeras y liberalizando el sector.
4. Decretar un canon a pagar por la utilización de presas con fines hidroeléctricos.
5. Suprimir las ayudas al carbón nacional
6. Modificar a la baja el sistema de cálculo de precios para que tenga en cuenta el menor coste de las energías hidroeléctrica y nuclear
Dejo para otra entrada explicar mis propuestas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario