Corrientemente creemos que la época cálida en que nos encontramos, el Holoceno, empezó hace 11.600 años, cuando se terminaron de derretir los grandes mantos de hielo que cubrieron Europa y Norteamérica durante los 100.000 años que duró la última era glacial.
Pero los hielos empezaron a derretirse mucho antes, de hecho, las temperaturas comenzaron a subir poco a poco ya hace 20.000 años. Como consecuencia, hace 13.000 años los hielos estaban ya en franco retroceso, es decir, estábamos a punto de entrar en la era cálida, el interglaciar que hemos llamado Holoceno y en el que aún nos encontramos.
Sucedió entonces un fenómeno extraño: hace 12.900 años la Tierra sufrió un brusco retroceso del calentamiento, una vuelta rápida al frío intenso, otra vez avanzaron los glaciares y, durante un periodo de 1.300 años más, volvimos a tener temperaturas propias de la época glacial.
A este último evento de enfriamiento le llamamos el
Dryas Reciente o
La Joven Dryas, porque las llanuras bajas de Europa se volvieron a cubrir de una flor de clima frío, la
Dryas octopetala, que hoy día solo crece en las cumbres de los Alpes y que, antes del evento, ya había sido sustituida por otras de climas más cálidos en las zonas bajas.
¿Qué ocasionó este último espasmo glaciar?. Se apuntaron muchas hipótesis, entre ellas la que le gusta a los calentólogos, es el desagüe del
lago Agassiz, un antiguo y enorme lago glaciar situado en Norteamérica, que piensan pudo vaciarse abruptamente en el Atlántico Norte, debido a la rotura de una presa glacial, cortando la corriente del Golfo y produciendo el enfriamiento global.
Pero no se han encontrado los restos de tal desagüe catastrófico y sí, en cambio, los restos de un choque extraterrestre: Similarmente a lo que ocurrió hace 65 millones de años cuando se extinguieron los dinosaurios, se encontró, en los sedimentos geológicos correspondientes al inicio de este periodo frío, una capa con elementos y partículas extrañas, destacando entre ellas los nanodiamantes, unos diamantes de tamaño microscópico de un tipo especial que solo se forman con un fortísimo impacto, lo que hizo pensar en la caída de un asteroide o cometa.
El objeto que impactó debió ser lo suficientemente grande como para producir una pequeña glaciación, de más de mil años, que se llevó por delante los últimos mamuts, los tigres de dientes de sable y otras especies de megafauna que habían resistido muy bien los grandes fríos del máximo de la era glacial, pero que se extinguen inexplicablemente en ese crucial momento.
Se tenían ya muchas pruebas a favor de esa hipótesis, pero faltaba la prueba definitiva: encontrar el cráter del impacto. Y eso es lo que parece ya han encontrado los científicos del Instituto Geológico de Estados Unidos en el centro de México, concretamente en el Lago Cuitzeo (
ver aquí). En este lago, hay huellas de lo que sería un enorme cráter de impacto producido exactamente hace 12.900 años, justo cuando comenzó el Dryas Reciente, y que cuenta con los nanodiamantes y otras partículas de origen extraterrestre de la misma edad que se habían encontrado ya en otros muchos lugares.
Las implicaciones que tiene esto son que el periodo interglaciar en el que nos encontramos, si son ciertas las teorías actuales de los ciclos orbitales de Milankovitch, astronómicamente tiene, en realidad, unos 12.900 años y no los 11.600 que han pasado si nos atenemos solo al aumento final de temperatura. Así, si tenemos en cuenta que los interglaciares duran una media de 10.000 años, eso nos coloca mucho más cerca del inicio de la próxima gran glaciación de lo que creíamos hasta ahora.
Muy bonito contado, gracias.
ResponderEliminarLo acojonante es que siempre acabas con la misma sensación. Una rama de la ciencia que ignora mucho más de lo que sabe, pero que se permite asustarnos con lo que va a pasar dentro de cien años. A cuenta de un factor entre muchos, ninguno de los cuáles son capaces de cuantificar.
Estupendo comentario, Onio;
ResponderEliminarAdemás de estar contado de forma que incluso la gente brutita lo entendamos, y de decir unas cosas interesantísimas, es que ¡has puesto unas fotos preciosas!
Gracias!!!