martes, 22 de noviembre de 2011

Fenómenos extremos, el ultimo refugio alarmista


Parece que a los alarmistas ya no les queda sino recurrir a los desastres locales para seguir metiendo miedo. Ahora se descuelgan los James Hansen y compañía (ver aquí) intentando atemorizar al personal con las olas de calor que ocurrieron últimamente en Rusia y Texas, olvidando que fenómenos extremos se producen todos los años, pero cada vez en un sitio diferente, y que la mayoría de ellos pasan desapercibidos porque, o bien no fueron registrados por ocurrir en lugares remotos, o bien se produjeron en sitios poblados pero hace más de 1-2 siglos (según los países, que es cuando empiezan a aparecer registros fiables.

Hay innumerables registros históricos de fenómenos extremos mucho más terribles que las últimas olas de calor, y con muchos más muertos (ver aquí, por ejemplo, un registro de huracanes durante el siglo XX). Por supuesto, los alarmistas no los citarán nunca, entre otras razones porque se produjeron lejos de los tiempos actuales (es decir, antes de 1950-1955, que son las fechas que los alarmistas designan como el comienzo de la preponderancia de la influencia humana en el clima por encima de las causas naturales) y, por tanto, incluso para ellos las causas son indudablemente naturales.

Es decir, los registros históricos de desastres son malos para la “causa” del calentamiento global, y digo causa en el sentido de “cruzada” o de “objetivo ideológico a alcanzar”, ya que eso es lo que muchos de ellos consideran que es, saltándose todas las reglas de la ciencia. Y si no me creen, observen (ver aquí) los e-mails que han aparecido en un servidor de Rusia, sin duda continuación de los famosos correos del “Climategate” aparecidos hace ahora dos años. No me ha dado tiempo de analizarlos con detenimiento, pero prometen.

¿Qué pasó con las alarmas de calentamiento global acelerado, subida del nivel del mar, aumento de huracanes etc. etc.? Parece que ya no les sirven. Quizás porque al gran público, poco a poco y a pesar de los esfuerzos en contra de los medios de “desinformación” masiva, le empiezan a llegar ya las noticias de que los huracanes no han aumentado (al contrario, han disminuido, ver aquí), de que el calentamiento global hace más de 12 años que paró y no tiene pinta de volver a remontar en una larga temporada, más bien al contrario (ver todos los registros globales aquí), y de que el nivel del mar no solo no sube, sino que lleva ya dos años bajando (ver aquí).

sábado, 5 de noviembre de 2011

Los orangutanes y los tigres en peligro por los biocombustibles


Leo en WUWT ( ver aquí) que según un estudio de la Universidad de Leicester, los cultivos de aceite de palma para fabricar Biodiésel emiten mucho más CO2 a la atmósfera de lo que se creía, hasta un 60% más que el CO2 que emitimos usando petróleo, lo que representa un serio revés para las políticas de fomento de estos combustibles basadas en el miedo al efecto invernadero del CO2, políticas que aplican la Unión Europea y otros países desarrollados haciendo creer a la población que esos productos son más “ecológicos” y con menos emisiones de CO2 que el petróleo y sus derivados.
Por si esto fuera poco, el incremento del área cultivada para estos fines se produce a base de cargarse la selva tropical en países como Indonesia, lo que produce una tremenda pérdida de biodiversidad y amenaza la existencia de especies en peligro de extinción como los orangutanes y el tigre de Sumatra
El aumento en la producción de CO2 está asociado a la descomposición de materia orgánica en las turberas que se emplean para estos cultivos: los microorganismos degradan la materia orgánica produciendo CO2 que se escapa a la atmósfera.
Conclusión:
Durante años nos han intentado vender el pretendido peligro del aumento del CO2 en la atmósfera para colarnos sus maravillosas y ecológicas soluciones al realmente inexistente problema, en forma de energías “limpias”, entendiendo como limpias aquellas que no emiten CO2 o que emiten menos que los combustibles fósiles. Ahora resulta que es peor el remedio que la enfermedad: esas energías no son tan “limpias” después de todo. En realidad sí lo son, puesto que el aumento del CO2 es beneficioso para la vida vegetal. Pero lo que no son en modo alguno, debido la destrucción de las selvas tropicales que implican, es “ecológicas”.

jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Es mucho siete mil millones de personas?


Ramón Pi, en un excelente artículo (ver aquí), nos demuestra que no.

Resumiendo, el artículo viene a decir que el planeta está casi vacío porque esos siete mil millones cabemos en un cuadrado de 84 kilómetros de lado a razón de un habitante por metro cuadrado y aún sobra sitio (en un cuadrado de 84 km de lado hay 7.056 millones de metros cuadrados) y que todo este ruido mediático del habitante nº siete mil millones, responde a una campaña de presión de la ONU contra los países pobres para obligarles a aceptar leyes de control de población, como esterilizaciones masivas, abortos y otras medidas anticonceptivas. Es decir, luchar contra la pobreza impidiendo que nazcan pobres, en lugar de sacarles del subdesarrollo mediante la mejora de las comunicaciones, la educación y la supresión de las dictaduras y tiranías que las asfixian y mantienen en su actual estado de postración y miseria.

Yo añadiría la cuestión de los alimentos: la ONU intenta alarmar a la gente con la teoría malthusiana de que se producirán hambrunas debido al crecimiento incontrolado de la población. La afirmación es claramente demagógica si tenemos en cuenta que, en contra de lo que pueda parecer, los países más densamente poblados del mundo no son la India ni China, sino Mónaco (con 17.300 habitantes por km2 y Singapur (más de 7.400 habitantes por km2) que no son países pobres precisamente, y quitado el caso de estos y otros mini estados, tenemos el ejemplo de los Países Bajos (Holanda) en Europa, uno de los países más ricos del mundo y con una densidad de 494 habitantes por km2 (China, por ejemplo tiene solo 141 y la India 395). Se da la circunstancia, además, de que los Países Bajos, a pesar de tener un territorio relativamente pequeño y en gran parte ganado al mar, poseen una de las mejores agriculturas de invernadero del mundo, con la que hacen la competencia a países muchísimo mejor situados geográficamente.
Lo que quiero decir con esto es que, utilizando las técnicas agrícolas disponibles hoy en día, con muy poco territorio se pueden producir enormes cantidades de alimentos y que, si la eficiencia agrícola holandesa se extendiera a todo el mundo, se podría producir comida para alimentar a una humanidad diez o más veces más numerosa que la actual. De hecho, ya se produce mucha más comida de la que se consume. En la Unión Europea, por ejemplo, los ganaderos españoles son multados si producen más leche de la que les está permitido, y se tiran a la basura cientos de toneladas de productos agrícolas para mantener artificialmente altos los precios de los alimentos.
El problema del hambre en el mundo no es el de la producción de más alimentos sino el de la imposible distribución de éstos debido a la situación política de los países pobres por el subdesarrollo al que condenan los tiranos a sus pueblos.