jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Es mucho siete mil millones de personas?


Ramón Pi, en un excelente artículo (ver aquí), nos demuestra que no.

Resumiendo, el artículo viene a decir que el planeta está casi vacío porque esos siete mil millones cabemos en un cuadrado de 84 kilómetros de lado a razón de un habitante por metro cuadrado y aún sobra sitio (en un cuadrado de 84 km de lado hay 7.056 millones de metros cuadrados) y que todo este ruido mediático del habitante nº siete mil millones, responde a una campaña de presión de la ONU contra los países pobres para obligarles a aceptar leyes de control de población, como esterilizaciones masivas, abortos y otras medidas anticonceptivas. Es decir, luchar contra la pobreza impidiendo que nazcan pobres, en lugar de sacarles del subdesarrollo mediante la mejora de las comunicaciones, la educación y la supresión de las dictaduras y tiranías que las asfixian y mantienen en su actual estado de postración y miseria.

Yo añadiría la cuestión de los alimentos: la ONU intenta alarmar a la gente con la teoría malthusiana de que se producirán hambrunas debido al crecimiento incontrolado de la población. La afirmación es claramente demagógica si tenemos en cuenta que, en contra de lo que pueda parecer, los países más densamente poblados del mundo no son la India ni China, sino Mónaco (con 17.300 habitantes por km2 y Singapur (más de 7.400 habitantes por km2) que no son países pobres precisamente, y quitado el caso de estos y otros mini estados, tenemos el ejemplo de los Países Bajos (Holanda) en Europa, uno de los países más ricos del mundo y con una densidad de 494 habitantes por km2 (China, por ejemplo tiene solo 141 y la India 395). Se da la circunstancia, además, de que los Países Bajos, a pesar de tener un territorio relativamente pequeño y en gran parte ganado al mar, poseen una de las mejores agriculturas de invernadero del mundo, con la que hacen la competencia a países muchísimo mejor situados geográficamente.
Lo que quiero decir con esto es que, utilizando las técnicas agrícolas disponibles hoy en día, con muy poco territorio se pueden producir enormes cantidades de alimentos y que, si la eficiencia agrícola holandesa se extendiera a todo el mundo, se podría producir comida para alimentar a una humanidad diez o más veces más numerosa que la actual. De hecho, ya se produce mucha más comida de la que se consume. En la Unión Europea, por ejemplo, los ganaderos españoles son multados si producen más leche de la que les está permitido, y se tiran a la basura cientos de toneladas de productos agrícolas para mantener artificialmente altos los precios de los alimentos.
El problema del hambre en el mundo no es el de la producción de más alimentos sino el de la imposible distribución de éstos debido a la situación política de los países pobres por el subdesarrollo al que condenan los tiranos a sus pueblos.

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