La subida del nivel del mar ha sido utilizada como una de las principales amenazas con que nos “alegran” la vida los alarmistas de siempre. En los años 1980 comenzaron diciendo que la subida iba a ser de varios metros en un siglo, hasta 6 m si creemos en Al Gore y su asesor científico James Hansen.
La mentira era de tal calibre que, poco a poco tuvieron que ir moderando sus apocalípticas predicciones, principalmente porque la tozuda realidad, al paso de los años, iba difiriendo cada vez más de sus apocalípticas profecías, y así, el IPCC de la ONU, donde se supone está la crème de la crème científica mundial (es falso, solo están los calentólogos y algún escéptico testimonial) pronosticaba, en 1990, un aumento máximo de hasta 3,6 m en un siglo; en 1995 ya la cifra menguó hasta 1,24 m; en 2001 la dejaron en 77 cm y, en el último informe de 2007, se quedó en 59 cm de subida máxima y 18 de mínima (según los diversos escenarios de emisiones de CO2 efectuados por la "malvada humanidad").
Como una subida tan pequeña no mete ya tanto miedo, hay que encontrar otro medio de seguir asustando a la gente con el nivel del mar y así, aparece la idea de los cimientos a remojo, invocada hace poco por nuestro eximio alarmista Antonio Ruíz de Elvira, (pinchar aquí) que nos intenta atemorizar con una enorme y terrorífica subida futura del mar de ¡10 cm!
El cuento es el siguiente: aunque el nivel del mar suba pocos centímetros, digamos diez, esta subida es suficiente para filtrarse por el subsuelo y socavar los cimientos de los edificios de todas las ciudades costeras del mund... perdón, del planeta. Así que ¡seguimos en peligro!, ¡ONU, sálvanos!
Ya lo dije antes, la realidad es muy tozuda y esta nueva amenaza es difícilmente vendible, sobre todo si uno se pasea por las ciudades costeras de países con turismo de sol y playa como España.
La imagen siguiente es de la playa del Acequión, en Torrevieja, ciudad turística de la Comunitat Valenciana, en el sureste de España.
Se aprecia que los edificios, la mayoría de 10 alturas, están a escasos metros de la orilla de la playa, en algunos casos menos de diez metros, y prácticamente con su base a muy pocos centímetros sobre el nivel del mar. Por tanto, sus cimientos están en su totalidad por debajo del nivel del mar, y siendo la costa arenosa y la roca del subsuelo de tipo arenisca porosa, al construirlos tuvieron que bombear el agua que se iba filtrando en el hueco.
Estos edificios tienen ya varias décadas, el más antiguo tiene más de 40 años, y no son una excepción, la mayoría de los edificios de primera línea de costa en las playas españolas están ya con sus cimientos a remojo.
Si tenemos en cuenta que el nivel del mar ha subido entre 20 y 30 cm durante el siglo XX, que la subida supuestamente se estaba acelerando a finales de siglo, y que ya llevamos más de 10 años del siglo XXI donde, se supone, el nivel del mar iba a crecer aún más deprisa, resulta que estos edificios ya han sufrido una subida de más de 10 cm del mar.
¿Les ha ocurrido algo por esa subida? ¿Han sufrido daños en sus cimientos?
No.
En realidad estos edificios no están en peligro por el cambio climático, están en peligro por la Ley de Costas española, que prohíbe edificar a menos de 100 m de la orilla del mar, aunque hay excepciones como las edificaciones realizadas anteriormente a la entrada en vigor de esta ley, excepciones que podrían ser revocadas en un futuro con ministros más radicales aún (todo es susceptible de empeorar).
Si desaparecen, no será por la fuerza de las olas, ya que están protegidos dentro de la rada del puerto, será, o bien por las leyes, o bien porque todas las cosas se hacen viejas, incluidos nosotros.
Tarde o temprano tendrán que derribarlos, pero no por el deterioro de sus cimientos, sino porque las viviendas que hay en ellos se irán deteriorando (y pasando de moda) con el paso de los años. Aquí cabe preguntarse: ¿cuántos edificios de viviendas de más de 100 años hay en pie actualmente en nuestras ciudades?
sábado, 30 de julio de 2011
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