viernes, 10 de diciembre de 2010

El oso polar, icono del calentamiento III

En anteriores entradas vimos factores que podrían, teóricamente, influir en el número de osos polares existentes en libertad. Sin embargo, todo eso son hipótesis, es decir, meras suposiciones más o menos bien fundadas, que necesitan ser contrastadas con la realidad, confrontadas con los datos. ¿Y qué nos dicen los datos?
Pues que, a pesar de las catastróficas previsiones de los propagandistas del cambio climático antropogénico y del aumento de temperatura observado desde los años 70 hasta 2005, la población de osos polares no ha disminuido, al contrario: SU NÚMERO HA AUMENTADO
Según Lomborg (2008), que cita varios estudios científicos recientes, la población mundial de osos polares ha aumentado de unos 5.000 ejemplares en la década de 1960 hasta los 20.000 a 25.000 actuales (2005) debido esencialmente a la regulación estricta de su caza.


Figura: Estima de la población de osos polares de 1950 a 2005. Las fuentes bajo la tabla.

De las 20 subpoblaciones distintas de osos polares, una, o posiblemente dos, estaban menguando en ese periodo y las otras 18 estaban aumentando. Según estos estudios, las dos poblaciones menguantes se localizan en zonas donde la temperatura ha estado descendiendo en los últimos 50 años y los grupos crecientes están en zonas donde la temperatura ha aumentado.
Lomborg es escéptico en muchos temas ecológicos, pero no se puede decir lo mismo de la UICN (Unión Internacional Para la Conservación de la Naturaleza), una de las organizaciones ecologistas más activas y militantes. Pues bien, incluso el Grupo de Especialistas en Oso Polar (PBSG) de esta organización, no tiene más remedio que admitir en su página web que, para 2010, las poblaciones de oso polar están estables o han subido en 4 de las zonas en que se divide el Ártico, no hay datos suficientes en 9 zonas (lo que, conociendo el percal, significa que están bien) y sólo bajan ligeramente en 5 zonas.
Cuando se rebuscan las causas de los declives, se ve que lo principal es la caza ilegal y no la subida de temperaturas experimentada en los últimos años. Por supuesto, a pesar de todas las evidencias, esta y otras organizaciones ecologistas siguen insistiendo en que, a largo plazo, los osos están amenazados por el aumento de temperatura que hará deshelarse el polo, etc. etc.
Si atendemos a otros estudios de poblaciones concretas de osos, encontramos que también apoyan estos datos: Taylor & Dowsley (2008) estudian 6 poblaciones de osos durante el reciente periodo de calentamiento, encontrando que ninguna población se ha perdido debido al cambio climático, solo dos están menguando y las demás permanecen estables o crecen. Las que menguan lo hacen por la excesiva caza a la que son sometidas. Estos investigadores concluyen: “los datos demográficos no sugieren que la especie vaya a extinguirse, por lo menos en los próximos 45 años”.
El crecimiento en la población de osos polares está de acuerdo con los registros históricos y estadísticas modernas que muestran que, en los períodos cálidos se capturan más peces en mares árticos, como el de Barents, y las poblaciones de renos, aves, focas y osos también se expanden (Jaworowsky, 2004). Por otro lado, es tranquilizador, de cara al futuro de las especies aclimatadas a la vida en zonas polares, el hecho de que todas las especies que ahora vemos tienen cientos de miles e incluso millones de años de existencia, lo que quiere decir que han soportado y sobrevivido tanto a glaciaciones como a interglaciares más cálidos incluso que el actual.
Por ejemplo, y sin ir muy atrás en el tiempo, encontramos el Período Cálido Medieval, que duró más de trescientos años con temperaturas superiores a las actuales. También fueron superiores a las actuales las temperaturas del Período Cálido Romano, al principio de nuestra era, hace unos 2.000 años, y el Máximo del Holoceno, entre hace 7.000 y 4.000 años. A pesar de estos largos periodos cálidos, los osos polares (o los otros animales árticos) no se extinguieron. Tampoco lo hicieron durante el anterior interglaciar, el Eemiense, hace unos 120.000 años, (ya existían entonces los osos polares, según recientes estudios), a pesar de que fue más cálido que el actual Holoceno, como lo prueban los fósiles de hipopótamos de esa época que se encontraron en Inglaterra.

En resumen, podemos decir sin miedo a equivocarnos que, con permiso de los cazadores, y haya o no cambio climático, seguiremos disfrutando de los osos polares en estado salvaje por mucho, mucho tiempo y nuestros hijos, nietos y bisnietos lo harán también.

Referencias:
- Jaworowsky, Z. 2004. Los Ciclos Solares, No el CO2 Determinan al Clima. http://www.mitosyfraudes.org/Calen3/Jawor.html
- Lomborg, B. 2008. En Frío. Ed. Espasa Calpe. Madrid, 284pp.
- Taylor, M. & Dowsley, M. 2008. Demographic and ecological perspecives on the status of polar bears. Science & Public Policy Institute, Washington D.C.

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