miércoles, 15 de diciembre de 2010

Propaganda

Cuando uno trata de aprender más sobre un tema científico como es (o debería ser) el cambio climático, se dedica a consultar libros sobre el tema, leer artículos de revistas especializadas, hablar o chatear con personas más o menos enteradas. Pero no todas las personas tienen formación para entender un artículo científico, o si la tienen, no tienen el suficiente tiempo o quizás, simplemente, les interesan más otros temas. A esas personas lo que les llega son los artículos que aparecen de vez en cuando en medios generalistas y, sobre todo, la propaganda.
El otro día me dediqué a ver algunos vídeos de propaganda (pinchar aquí, aquí y aquí, por ejemplo, hay muchos más) sobre el calentamiento global. Yo esperaba ver inexactitudes, exageraciones y demás. Lo que me encontré fue, efectivamente, exageraciones y estadísticas sesgadas pero también manipulación de niños, mentiras descaradas, utilización de la solidaridad innata de la gente para el propio beneficio y, sobre todo, infundir terror, mucho terror. La propaganda del cambio climático lo que principalmente busca es aterrorizarnos, paralizarnos de miedo. ¿Por qué?.
Cuando uno está atemorizado anhela la salvación a cualquier precio. En el camino se quedan los derechos, la democracia, la libertad… todo es prescindible, todo parece sin importancia ante la magnitud del problema. Y se busca a un salvador, un mesías, un líder, un führer que nos guíe (ver el lema que llevaba el presidente de Greenpeace España en la cumbre de Copenhague cuando lo arrestaron: los políticos hablan, los líderes actúan).
No hay problema - dice la propaganda-. Nosotros tenemos la solución, seguidnos,-nos dicen los activistas de las oenegés y representantes de gobiernos de todo pelaje que se apuntan al carro en la cumbre de Cancún-: no más emisiones del malvado CO2, compradnos renovables, reducid la huella ecológica, pagad 100.000 millones de dólares de entrada (luego pediremos más, por supuesto) y os salvareis.Puede que lo consigan, tal es la fuerza de la propaganda.
Y todo para resolver un no-problema, una amenaza imaginaria creada a partir de una teoría obsoleta del siglo XIX.

No hay comentarios:

Publicar un comentario